Las letras son una consecuencia de lo pensado y lo dicho

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sábado, 11 de junio de 2011

LA HISTORIA…

La felicidad lo pone nervioso por eso cambia los nervios por la infelicidad. Los ruidos le inquietan los sentidos, le hacen apagar las luces y abrir las cortinas. Su mente es un libro y una película. Su casa es él y él es ella. El silencio los atrapa a los dos. Los sofás están vacios. Su corazón también. Caminar a su lado es un suicidio. Su mente también. No tiene sonrisa, emula las que ve. No tiene coraje pero mata mosquitos. Se marcha  y no vuelve, y si vuelve, vuelve distinto. Bebe café, come pan, come queso y mermelada… solo.  Ronca, habla dormido, abraza y des- abraza. Habla solo mientras alguien lo escucha detrás. Grita, le gritan. Calla, se callan. Lo acusan de ser lo que no es. Ellos sólo ven lo que no es. El no deja ver lo que es. Él llora, él sufre, él se aflige, él se aferra, él no ama, él no quiere, él no odia. Le molesta el ruido, la guerra no. Es amo de casa, es filósofo, es un niño, es soldado. Juega a las escondidas y se esconde de él. No le importa si lo aman pero si lo odian, sí. Le tienen miedo y él teme de sí.  Su vida está hecha ceniza como las que guarda  en el cofre. Su padre lo vigila. Lo castiga. Está en la pared… No quiere casarse, no quiere ser padre, no quiere envejecer pero envejece, no quiere morir pero muere, no quiere ser cruel pero es cruel. Se reivindica. Se ratifica. Cuidado en la calle, ahí se revela. No se deja abrazar, no se deja enamorar; se niega a ella, se cierra de ella. Nadie lo ha visto desnudo. Ni ella. Pero lo ama. Alarga los minutos. Paraliza su rutina. Inmoviliza sus pies. Sólo debe estar ahí, quieto. Dormido o despierto. Es lo mismo. Lo calma. Lo descontrola. Pero lo ama. Él no. Juró no amar a nadie más. Juró llevarlo al altar. Juró hacerlo hombre. Él no se deja. Saltó de niño a anciano. ¿Y cuándo fue joven?  Saltó de niño a abuelo ¿y cuándo fue padre? Saltó de un juego a un karma. Saltó de un juego a una condena. Saltó de él a ella. Están esposados sin ser esposos. Ella sólo lo ama. Juró no amar a nadie más y lo cumple. Lo mira, la mira, se odian. Se duermen, juntos… Ella se va. Dice adios.

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